jueves, 9 de julio de 2009

Oo. Lo gris: escombros

La primera parte de un relato que he escrito. Me encantaría que lo leyérais y que dejárais una crítica, sea buena o mala.
Espero que os guste.


La magia existe y nos rodea,

Puesto que la magia es ignorancia.

Pocos son los que luchan contra la magia,

Puesto que todos somos magos.



Uno

La dosis de antivírico, de un transparente lechoso, absorbía las miradas de las dos mujeres vestidas de harapos. Estaba contenida en una jeringa pequeña de fácil uso y su aguja seguía encapuchada herméticamente. Eran ocho mililitros. Solamente ocho mililitros, pero bastaban para despertar en las mujeres instintos salvajes de supervivencia. Olvidaron rápidamente que eran íntimas amigas y que habían salido juntas a buscar comida entre los escombros del hipermercado. Olvidaron también sus largos años compartiendo risas y penas, y también olvidaron cómo se apoyaron la una en la otra tras el apocalíptico incidente. Por un momento, lo olvidaron todo, pero, claro, no se lo mostraron la una a la otra. Una lucha abierta no era una buena estrategia a seguir.

-Lo has visto, ¿verdad, Cathy?

Vaya pregunta absurda. Catherine no agotó muchas energías en responder: tenía un plan que urdir.

-Sí.

Alice la miró desde el lado, aún sujetando un canasto agujereado.

-¿Qué hacemos? Es la vacuna.

Catherine no contestó. Su mirada seguía fija en la jeringuilla. Claro que era la vacuna, no había duda. ¿Pero qué hacía allí y por qué no la habían visto antes?

-Catherine... –susurró Alice.

Catherine tomó una decisión. Era la única posible. No podían llevar la vacuna de vuelta al grupo, puesto que caería en manos más poderosas que las suyas. Y no podían compartir la dosis, puesto que era individual. Era simple: ella o Alice. Dió un paso hacia delante.

Ahora Alice la miraba fijamente. Su mirada había cambiado, sus ojos se abrían como platos y parecía detectar cada movimiento de su amiga. Apretó los labios y, sin variar la expresión, clavó la mirada en las piernas desnudas de Catherine, que dió un paso más.

Entonces, saltó.

Las mujeres rodaron por las piedras de la ruina, golpeándose y magullándose, bufando como felinas. Alice atestó a Catherine un golpe con el canasto de mimbre deshecho, arañándole la cara, pero Catherine había elegido un arma más efectiva: una piedra. Estando tumbada bajo el cuerpo de Alice y con el brazo derecho entumecido por la caída, pero tanteó con la mano libre, agarró un canto y lo estampó contra la mandíbula de su enemiga, cuya fuerza remitió por momentos. Catherine aprovechó y, liberándose, se alzó como pudo y arremetió con fuerza contra el cráneo de Alice, que yacía encorvada de dolor en el suelo.

Fue un golpe seco, y Alice, como una marioneta a la que le cortaran los hilos, perdió toda tensión en sus miembros.

Un profundo gorgoteo fue lo último que salió por entre sus secos labios.

Catherine, agitada por la adrenalina, soltó la piedra, que desencadenó un pequeño alud de escombros más abajo. Después, con una mirada diferente a la de segundos antes, subió al lugar del hallazgo.

La vacuna estaba ahí, entre los cristales rotos de un mostrador, igual a como la habían descubierto. Pero ahora la salvación que representaba estaba empañada por un horrible acto del que, poco a poco, Catherine iba tomando conciencia. ¿Qué le diría a los demás? ¿Cómo le explicaría al grupo que sus ojos ya no estaban inyectados en sangre, que estaba sana? ¿Cómo-?

-¡¿Alice?! ¡¿Catherine?!

Catherine se puso tensa. Las habían oído.

-¿Estáis ahí? ¿Va todo bien?

Reconocía la voz, era Roi. Un joven del grupo. Y estaba cerca, demasiado cerca como para poder Catherine inyectarse la vacuna. Podía recogerla, esconderla, pero sus miembros no le respondían.

-¡Ey...! ¿Estáis bien?

Mierda, pensó, mierda, mierda, mierda, muévete, maldita sea.

Cuando Roi salió de detrás del pilar, Catherine guardaba la jeringa en un pliegue de sus harapos. Justo a tiempo.

-¿Por qué no respondías?

-¡Ah!, Roi...

-¿Dónde está Alice?

Su suerte estaba echada. Podría haber inventado una excusa, mentir sobre un desprendimiento que explicaría sus heridas y el golpe mortal en el cráneo de Alice. Podría haberse inyectado el antivírico en secreto una vez que hubiera vuelto al campamento, y, después, haber pensado sobre su próximo movimiento con tranquilidad.

Pero su cabeza era un ciclón negro, sus ojos un vacío negro, su corazón un torbellino negro que bombeaba sangre a sus músculos en vez de al cerebro, y no se le ocurrió inventar una excusa.

Y, por segunda vez en minutos, tomó una decisión.




Lo gris, parte 1: escombros.

Jens de Fries.


12 comentarios:

  1. q bueno....echaba de menos tus relatos XD

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  2. ^^= Graciaas.
    Jajaja es un poco tétrico todo.

    (Me pone
    accolade dijo...
    El autor ha eliminado esta entrada.
    Supongo que eres tú el autor... Porque si no lo hice sin querer. T_T)

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  3. si si, la eliminé yo XD es q estaba incompleta XDD
    tétrico siempre XDD

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  4. Me gusta que la historia empiece tan misteriosamente.. esta muy chula jens de verdad que me encanta

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  5. ¡Ah OK! :) Siempre nooo, jo. XDDDDDDD
    A veces son felices (muy a veces).

    ¡¡Gracias señora Anánima ;P!!

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  6. QUIERO SABER YA QUE DECISION VA A TOMAR!

    Engancha mucho :D espero que la continuación la publiques pronto^_^

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  7. Jajaja chun chun chun...

    ¡Eso haré, mister Miguel! xD

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  8. Al igual que al resto de lectores, a mí también me ha gustado muchimuchísimo. Dos correcciones te haré, si me permites:

    -En primer lugar, se dice "asestó", no "atestó".
    -En segundo lugar, cuando explicas que Catherine coge el canto y desgracia a su amiga (XD), hay una frase que empieza con el verbo "estando", pero debería ser "estaba" porque si no la proposición adversativa que viene después no queda bien.

    Por lo demás, puta madre. Esta noche me leo la continuación, sí o sí. =D

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  9. :D!
    ¡Gracias Adri!
    Hmm... "asestó", OK, no lo sabía. O_O
    Gracias. ^^ Estaba. xD

    Buáh, la verdad es que me estoy oxidando con esto de escribir, espero no hacer muchos fallos (aunque tampoco es que revise, por eso me viene bien que me corrijan). :D

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  10. Wow!!!! Jens,
    excelente comienzo para un relato narrativo; me encanta la idea de los escombros; es tan fílmico; me encanta cuando la narrativa está construida de una forma que permea en la imaginación del lector a modo de imágenes tipo cine. Amo tu relato, espero esté completo en varias entradas pronto para no parar de leerlo. Felicidades Jens!!!!!
    HernánS.

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  11. ¡¡Muchísimas gracias a los dos!! :)

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