martes, 21 de julio de 2009

Oo. Lo gris: escuálidos


¿Hay aún alguien que se pregunte por la vida?
¿Hay aún alguien que se pregunte por las preguntas?


Qué fácil abandonamos nuestra libertad

Por la esclavitud de la felicidad.



Seis
Después de varios dias de escalar ruinas y esquivar piedras, Alice ya no notaba el peso de su mochila.
Daba paso tras paso, mirando el suelo gris, mirando sus zapatillas grises, mirando hacia delante, hacia donde Derek continuaba marchando, inabatible. A veces, la mirada de Alice se escapaba hacia el cielo, donde chillaban las gaviotas. Según lo que el médico le había contado, La Mansión Esperanza, a donde se dirigían con las vacunas y esperanzas restantes, estaba en la costa, y no era realmente una mansión sino un enorme campamento con varias instalaciones médicas y defensivas. A Alice poco le importaba lo que fuera con tal de que llegaran. Sin embargo, parecían haber pasado siglos desde que partieran del helicóptero destruído. Una gaviota chilló cerca de ellos.

-¿Qué son las facultades especiales, Derek? No afectan a los animales, ¿verdad?

Derek continuó trepando, pero murmuró una respuesta.

-Desde los albores de la humanidad, nadie se pregunta por los misterios del universo. Ahora que estamos en peligro, todos quieren saber cosas.

Alice, que ya se había esperado algo así, no contestó. Derek continuó hablando.

-Si lo dices por esas gaviotas, Alice... la respuesta es no. Nunca antes se ha dado una facultad especial en animales no-humanos. ¿Pero quién sabe?

Alice se dió por contenta con eso. Derek no había vuelto a hablar tanto como en el momento en el que se encontraron, y Alice sospechaba que la muerte de su padre, que antes no había sido capaz de asimilar totalmente, se escurría ahora en su realidad, apesadumbrándolo. Sin embargo, había explicado a Alice cómo la había encontrado buscando jeringuillas caídas y cómo se había sorprendido al ver que estaba curada del virus IFE. Emocionado, la había analizado durante toda la noche, puesto que los únicos que habían probado la vacuna anteriormente eran él y su padre. Los resultados fueron brillantes, lo que quizá también había contribuído a su buen humor a la hora de conocerse. Derek era un hombre extraño, pero ahora que se había quitado la bata y se había vestido con vaqueros y camisa, Alice lo percibía de una manera más cercana. A pesar de estar casi completamente saqueada, también Alice encontró en la tienda algo por lo que cambiar sus harapos. Ahora vestía una falda corta y una camiseta grande.

-Cuidado.

Alice emergió de sus pensamientos. No era frecuente encontrarse con gente viva y hasta ahora habían podido evitarla, pero esta vez Derek había sonado alarmado. Se le acercó.

-¿Has visto algo? –susurró. Se asomó por uno de los anchos hombros del médico.

-¡El mar! –se contestó a si misma. -¡Ahí está la costa!

-Pst –la acalló, echándose al suelo. –No es eso. Son Perros.

Alice lo imitó.
Mierda. Desde las grandes explosiones y la elevada tasa de muerte de la especie humana, algunos animales habían prosperado. Al igual que las cucarachas, las ratas, las gaviotas y las palomas, los perros y gatos domésticos continuaban en la ciudad, alimentándose entre ellos y de los restos humanos mientras perdurasen. De su vida en la nómada, Alice había aprendido que los perros se volvían más y más salvajes mientras se renovavan las generaciones. Últimamente, al ir agotándose los recursos, los perros también se atrevían a atacar a personas solitarias.
Seguramente también se atrevieran a atacar a dos.
Alice fijó su vista en el lugar en el que se clavaban los ojos azul grisáceos de su compañero. Vió movimientos.

-¡Tantos!

-Creo que son seis. Y los preside un...

-¡Un lobo!

Rápida como un flash, la imagen de una jaula rota le vino a la mente.

-Vienen hacia aquí. ¡Mierda!

Efectivamente, los cánidos habían abandonado su escondite y subían los escombros, acechantes, invisibles en la grisura, preparados para lanzarse al ataque en cuanto el lobo alfa diera la señal.

-¿Qué hacemos? –gritó Alice, abandonando la posibilidad de pasar desapercibida. -¡Mierda, mierda!

Derek se había quitado la mochila y rebuscaba en el bolsillo delantero. Algo hará, se dijo Alice y se armó con unas piedras.

-Alice, tú vas a resistir a esto. Si me pasa algo, continúa –dijo Derek sacando una decena de frascos rojos.

La adrenalina se disparó en el cuerpo de Alice.

-¡No si me comen! ¡No digas eso! ¿Qué vas a hacer con eso?... ¿Es sangre?

Se oyeron ladridos. Había comenzado la caza.
Un perro aceleró hacia ellos, la cola ondeando al viento. Alice le lanzó una piedra, pero el perro la esquivó ágilmente de un salto. Seguidamente, Derek le lanzó un frasco con todas sus fuerzas. El animal lo esquivó también, pero el cristal explotó contra una piedra, rociando al animal con la sangre que éste contenía. Se escuchó un siseo y un aullido. El perro se derrumbó, presa de espasmos doloros. La jauría restante, sorprendida ante la amenaza, se detuvo por un instante en su carrera.

-¡¿Qué?! –gritó Alice. Ante sus ojos, la piedra que había golpeado el frasco se deshacía.

Derek sonrió.

-Sangre ácida. Mi sangre.

Después de días de callarse la pregunta sobre la facultad especial de Derek, ahora la había descubierto por si misma.
Se ahorró un comentario, puesto que los perros empezaron a gruñir. Especialmente el lobo, con sus ojos amarillos y su gran tamaño, parecía rebosante de agresividad. La espuma le goteaba por el hocico.

Los animales estaban escuálidos. Escuálidos y hambrientos. No tenían nada que perder.

Con el furioso gris de su pelaje contra el gris triste de la penumbra,
reiniciaron el ataque.


Lo Gris, parte 6: escuálidos.
Jens de Fries.

7 comentarios:

  1. :o
    :o
    :o

    ¡Cómo molaaaaaaaaaaaaaaa!
    Me cae bien el Derek este xD
    Más, más >_<

    ResponderEliminar
  2. Mola mola ^^

    Me encanta la idea de las facultades especiales y la del virus que merma las capacidades humanas y anula las facultades especiales

    La verdad es que engancha :O

    Soy manu , no se comentar de otra forma T_T

    Espero al septimo ^^ Avisame cuando este

    ResponderEliminar
  3. Aroa: me alegro de que te guste. ^^ Ya lo imaginaba, con el rollo de los lobos y eso... Jajaja.

    Manu: ¡claro que te aviso! ;P

    ResponderEliminar
  4. Simplemente lo amo jens; me lo imagino perfecto, ahora al estilo animé. hehe. Sigo esperando los derechos en tanto termines el relato para hacerlo serie, hehe...

    ResponderEliminar
  5. Jajaja ¡gracias!... xDDDD

    ¿Qué derechos? No hay eso jijiji, haz lo que quieras. :D

    Abrazo Hernancín.

    ResponderEliminar
  6. Está bastante bien, pero en este he encontrado un par de cosas que no me terminan de convencer. Para empezar, si la humanidad decreciera tan brutalmente yo creo que los perros con el nivel de domesticación que han alcanzado y sin humanos que cuidasen de ellos, estarían al borde de la extinción más que progresando. Eso sí, los que quedasen estoy de acuerdo en que se volverían violentos. Lo otro es que digo yo que algo tan ácido como para derretir una roca derretiría también el frasco que lo contiene... digo yo, aunque de esto último no estoy muy seguro. Supongo que dependiendo del tipo de roca (y del tipo de vidrio) no es imposible que pase lo que cuentas.

    Pero vamos que a pesar de lo que te digo, mola. Yo es que soy muy perfeccionista xD.

    ResponderEliminar
  7. Jajaja gracias por la crítica, si lo que escribo puede que tenga muchos fallos. xD

    Con lo de los perros me has pillado de pleno, es cierto que tanto los mosquitos como las ratas y las cucarachas y seguramente los perros se verían muy diezmados por la desaparición de la humanidad (creo que los gatos la sobrevivirían), pero sí, sigamos que los humanos aún no han desaparecido desde hace tanto como para que su presencia se haya borrado, pero sí lo suficiente como para que los perros se hayan ido moldeando y adaptando a su nueva forma.
    Algunos perros sobrevivirían, y digamos que son estos, jajaja.

    Lo del vidrio... No sé mucho de química, pero creo que el vidrio puede contener sustancias corrosivas etc. (por eso se usa, el plástico sería más práctico porque no se rompe pero sí que se corroe).
    Pero sí, bueno, báh, no sé. xD

    Me alegro de que te guste a pesar de todo. :)

    ResponderEliminar

X